Tratados comerciales: duda innecesaria

n días recientes ha estado en discusión la idea, impulsada desde una de las candidaturas presidenciales opositoras, de que el próximo gobierno debiera revisar los tratados y acuerdos comerciales suscritos por Chile con decenas de países en las últimas décadas. Entre otras reacciones, una declaración pública firmada por ocho excancilleres fue muy tajante en su rechazo a dicha revisión, cuya sola ambigüedad "debilita gravemente la inserción internacional de Chile y, por qué no decirlo, su credibilidad ante la comunidad de naciones".

En efecto, destaca la ligereza con que se plantea esa idea como eje de una eventual futura política comercial -en función de la necesidad de "actualizar" o "adaptar" los tratados a las realidades del siglo XXI-, sólo para luego aclarar que ello se hará respetando y siguiendo los mecanismos que los propios tratados contemplan para ese efecto. De hecho -como se hizo ver en un webinar donde expusieron los voceros en política exterior de cuatro comandos presidenciales-, es "falso" que los acuerdos de Chile con otros países no se revisen y actualicen periódicamente, pues ello es parte de los requisitos para ponerlos en práctica, como puede comprobarse en la Subsecretaría de Relaciones Económica Internacionales.

Por otro lado, la supuesta necesidad de revisión se hace sobre premisas muy cuestionables, o demostrablemente erradas, como que los pactos comerciales han sido impuestos por terceros países a Chile (y en nuestro desmedro); que no han cumplido el rol de ser canales de impulso al crecimiento económico; o que han limitado nuestra soberanía en materia de política pública interna. Nada de esto se sustenta en la evidencia.

Si lo que se busca es, genuinamente, perfeccionar nuestra red de acuerdos comerciales en aras del interés de Chile, anunciar sin más que todos serán revisados abona un innecesario clima de incertidumbre dentro y fuera del país, a la vez que desinforma a la opinión pública sobre cuáles son las fortalezas, debilidades y desafíos de nuestra inserción internacional.